miércoles, 4 de marzo de 2009

JUAN ANTONIO VILLACAÑAS


Acaba de aparecer en Internet una página web dedicada a Juan Antonio Villacañas, uno de los poetas más interesantes de los últimos tiempos, aunque la raquítica Historia de la poesía más reciente le tenga un tanto marginado.

No es este país que reconozca a sus grandes artistas con facilidad, a veces los encumbra para derribarlos enseguida y las más de las veces ni siquiera eso. Termina por dejarlos perdidos entre la maraña de modernidad, estupidez mediática, vicio de "usar y tirar" y pérfida costumbre (ya lo dijo el maestro A. Machado) de desprecia cuanto ignora.

La página de la que hablamos es esta: http://villacanas.webcindario.com/index.htm

Allí podéis encontrar muchos datos sobre su vida y su extensa obra, ejemplos de cuanto escribió, fotografías, de todo un poco. Más de una sorpresa encontraréis entre sus versos, siempre bien medidos y trabados en formas líricas de gusto clásico y lenguaje cotidiano. Tristes y a la par repletos de ironía, de humor a veces ácido y crítico; de intención siempre.
Entre uno de sus muchos aciertos estuvo rescatar la lira garcilasista para la poesía actual. La fabricaba con un desparpajo y una puntería realmente notables.
Fui su amigo, compartimos algunos ratos de charla y complicidad. Hoy echo de menos haber charlado mas con él (siempre pasa eso) pero mi recuerdo es admirado y feliz.
No digo más. Tenéis que pasaros por esa página que le recuerda ahora, despues de un buen puñado de años desde que nos dejó, y os aseguro que disfrutaréis de un buen poeta diferente (lo que no es tan común ¿verdad?) Abajo tenéis algunos ejemplos, para empezar.
(Por cierto, si de paso echáis un vistazo en Internet a los versos de su hija, Beatriz Villacañas, interesantísima poeta, digna hija de su padre, pues... dos por el mismo precio. (De nada)

Villacañas con Soledad Velázquez y Enrique Gracia Trinidad

POR CREER EN DIOS ME CREO

Dios me libre del mal que pueda hacerme,
que a veces de sí mismo es Dios ateo.
Yo creo en Dios, de veras me lo creo,
y no hay necesidad de convencerme.

Me tiene la verdad luchando inerme,
atacándome a oscuras, no la veo,
y deseos me dan que no deseo,
no me quiero morir sin defenderme.

Aunque la vida es cómplice y macabra,
tanto como la muerte nos obliga,
será la última puerta que nos abra.

Y yo no niego a Dios que Dios lo diga,
que si el mundo es verdad en su palabra,
mi deber es dudar para que él siga.


Dos liras del libro “Déjame al Conde-Duque, que lo mato”
firmado con el heterónimo Juan Amor de Velasco
.

Lira 25

Gutierre de Cetina
nos dejó oídos en su madrigal
y ojos claros, de harina
litúrgica y coral.
Ya no hay poema de mirada igual.

Lira 32

El Conde-Duque es mío:
Déjame al Conde-Duque, que lo mato,
Quevedo, en desafío,
que no es asesinato.
Los dos seremos libres algún rato.

Poema del libro “20 poemas de Antón y una canción inesperada”

18

Un día se apagó la luz del día
y todos se durmieron.
Aquellos que dormían no veían
apagada la luz del universo.
Y lo sabían.

Me sujeté por no decir una mentira,
por no hablar de la vida.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta esto de inaugurar comentario, sobre todo cuando se trata de un gran autor, un extraordinario poeta, como fue, es, Juan Antonio Villacañas, progenitor de otra buena amiga común y también escritora - en esto nada común, sino espléndida - como es Beatriz Villacañas. Ella está detrás del blog...y ello se nota. Siempre se trabaja mejor en aquello que se ama y se valora. Que la obra de Juan Antonio Villacañas se extienda por todo el mundo y sea conocida por todos es de estricta justicia. Y mi más ferviente deseo.

Emilio Porta